El poblado Talayótico de «Cornia Nou» se encuentra en la salida de Mahón en dirección al aeropuerto de Menorca, muy próximo al centro comercial de Binipreu. En el podemos ver dos de los talayots mas bien conservados y singulares de la isla.
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El gran Talayot: Un edificio construido para impresionar

El edificio que vemos en la imagen es uno de los talayots más grandes de la isla. Mide unos 10 metros de altura por 25 metros de diámetro. Para construirlo se utilizaron unas 7.300 toneladas de piedra.
La excavación de la plataforma superior permitió conocer el sistema constructivo, a base de anillos concéntricos de piedras. El escalonamiento de los anillos durante el proceso constructivo permitiría ir subiendo las piedras con más facilidad.
No sabemos todavía con certeza para qué servían los talayots, dado que la plataforma superior, que seguramente era la parte donde se llevaban a cabo las actividades, no suele estar suficientemente bien conservada como para poder contener objetos que arrojen indicios.
Sin embargo, parece evidente que se trata de edificios que se construyeron sumando el esfuerzo de toda o buena parte de la comunidad. Se ha propuesto que su construcción podría ser una forma de cohesionar a los habitantes del poblado. También podría ser una manera de demostrar el poder de la comunidad ante otros poblados, puesto que los talayots son muy visibles en el territorio.
La densidad de talayots en la isla es tan elevada que desde la parte superior de uno de estos edificios siempre se pueden ver varios más. También se ha propuesto que los talayots estarían relacionados con la demostración del poder de unos sectores concretos de la población, y que existiría, por lo tanto, una cierta jerarquía dentro de los poblados.
Este talayot en concreto presenta una escalera monumental en el lado sur y dos accesos internos que también permiten subir a la parte alta. Se trata, pues, de una estructura compleja, que se puede relacionar con una sociedad igualmente compleja.
El edificio sur: Un espacio de trabajo colectivo

El edificio sur está adosado al talayot, y seguramente los dos se utilizaron simultáneamente, entre el 1100-900 y el 600 a.C.
La excavación arqueológica permitió recuperar una gran cantidad de restos de cerámica, huesos de animales, molinos manuales, morteros, punzones y espátulas de hueso.
Por otro lado, se recuperaron una gran cantidad de granos de cereal carbonizados. Seguramente el cereal se tostaba en la estructura de combustión que se encuentra en la parte central, para descascarillarlo más fácilmente; algunos granos quedaban demasiado tostados y se quemaban, hecho que ha permitido que se conservaran hasta hoy.

Se trataba, por lo tanto, de un lugar donde se centralizaban los trabajos de preparación de alimentos y donde se almacenaban estos productos. Esta gran concentración de utillaje en el interior de un edificio monumental que, además, servía de lugar de almacenamiento es un caso único hasta ahora en la prehistoria de las Baleares.
Los arqueólogos que investigan el yacimiento han propuesto que podría haber algunos sectores de la población que controlaran el acceso a estos productos. La comunidad que vivió en Cornia Nou, por lo tanto, presentaría ya algunas desigualdades sociales.
El estudio de los huesos de animales ha permitido conocer que los habitantes del poblado criaban sobré todo cabras y ovejas, a pesar de que también tenían vacas y cerdos. También se han encontrado algunos restos de ciervo, un animal que se introdujo en la isla en época talayótica y que después se extinguió. Por otro lado, se encontraron también los restos de gallina más antiguos de la isla (800-600 a.C.). La introducción de esta especie se puede relacionar con el comercio fenicio.
Las cisternas: Un sistema de aprovisionamiento de agua

Los dos agujeros que vemos a la derecha de la imagen, actualmente tapados con rejas, son dos cisternas que los habitantes de este poblado excavaron en la roca, en época talayótica, para almacenar el agua de lluvia. Sumando las dos cavidades, que están intercomunicadas, caben unas 20 toneladas de agua.
La excavación. arqueológica de las dos cisternas proporcionó una gran cantidad de datos. Al fondo, se encontró una capa de barro, que se había acumulado cuando las cisternas todavía estaban en uso, entre el 400 y el 200 2.C.
En esta capa de barro se encontró una gran cantidad de recipientes de cerámica rotos, que seguramente se habían usado para sacar agua.
Algunos de estos recipientes son de fabricación local, pero también hay otros llegados de la Ibiza púnica o de la Península Itálica, a través del comercio.

El estudio de los granos dé polen contenidos en este sedimento ha permitido saber cómo era el entorno del poblado: posiblemente más deforestado que en la actualidad, pero con presencia de acebuches, pinos y encinas dispersas.
Los fragmentos de carbón encontrados durante la excavación, por otro lado, han permitido saber que la madera que se empleaba como combustible era sobre todo de acebuche (el árbol situado en la entrada es un acebuche, especie conocida también como “olivo silvestre”), pero también de lentisco (el arbusto que podemos ver sobre el muro de la entrada).
Gracias al estudio de los huesos de animales que se encontraron podemos saber que los habitantes del poblado criaban sobre todo cabras y ovejas, pero también tenían algunas vacas y cerdos, así como perros.
En época romana, estas cisternas dejaron de utilizarse y los habitantes del poblado las empezaron a usar para desechar residuos (restos de cerámica y huesos de animales), un uso que continuó en época medieval islámica.
El talayot este: La entrada a un recinto amurallado

El edificio que vemos en la imagen recibe el nombre de talayot, pero es muy diferente del que hemos visto antes. Tiene un pasillo que lo atraviesa de parte a parte, puesto que es un acceso fortificado a un recinto amurallado de época talayótica, la parte exterior del recinto ocupa la parte superior de una pequeña elevación del terreno, por detrás del talayot.
Por el lado norte de esta elevación vemos unos pequeños acantilados que impiden el paso de forma natural. Por el lado sur, la pendiente es más suave y, por ello, los habitantes del poblado tuvieron que construir una muralla para impedir el paso y protegerse, de la que el talayot forma parte.
La mayor parte de la muralla ha desaparecido, pero todavía se puede ver un fragmento si andamos unos cuarenta metros, dejando el talayot a nuestra izquierda. Cuando entramos dentro del talayot, debemos fijarnos en la pared de la izquierda: se puede ver una pequeña puerta, que da acceso a una cámara de función todavía desconocida. Esta comunica con el pasillo a través de una ventana muy estrecha.
Tiempo después de la construcción de la muralla, hacia el final de la época talayótica (400-200 a.C.) el interior del talayot perdió su función de entrada al recinto y pasó a formar parte de una vivienda.
Cuando se llevó a cabo la excavación arqueológica, se encontraron recipientes cerámicos, molinos manuales para moler cereales y otros objetos de la vida cotidiana.
En época medieval islámica esta construcción se empleó todavía como refugio ocasional para personas y ganado, un uso que se mantuvo hasta el siglo XX.
Textos e ilustraciones extraídos de los carteles informativos que podréis encontrar en el mismo poblado.
Como Llegar
El poblado de «Cornia Nou» se encuentra en la salida de Mahón en dirección al aeropuerto de Menorca, frente al centro comercial Binipreu, desde donde debéis seguir por la calle Curniola, hasta la altura de Autos Valls.
Una vez allí deberéis caminar unos 5 minutos por el «Camí vell de Sant Climent«, un bello y antiguo camino rural que os conducirá hasta la entrada del poblado.
DIRECCIÓN: Camí vell de Sant Climent 105, Mahón
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PRECIO: Visita libre.
TITULARIDAD Y GESTIÓN: Privada
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