Se trata de uno de los poblados prehistóricos mas notables y bien conservados de la isla. Fue habitado hasta la época romana.

El poblado
Talatí de Dalt conserva diferentes monumentos: un talayót de planta elíptica y perfil troncocónico, el recinto de taula con una configuración especial, ya que una columna y su capitel se apoyan sobre el lateral de la T central, un sector de viviendas o casas que conservan la cubierta de losas colocadas de manera radial y sustentadas sobre columnas y algunas cuevas.
El talayot: Un edificio levantado para impresionar
Este tipo de construcción da nombre a la cultura talayótica y se conservan unos 300 ejemplares, repartidos por todo el territorio isleño.
El talayot central es el más grande de los tres que tenía el poblado. Entre las funciones de este edificio está posiblemente la de vigilar y controlar el territorio.
Los talayots se empezaron a construir hacia el 1200 a.C., a pesar de que la carencia de excavaciones hechas sobre este talayot en concreto nos impide tener una fecha precisa para el mismo.
Parece evidente que los talayots son edificios que se construyeron sumando el esfuerzo de toda la comunidad o de buena parte de esta.

Se ha propuesto que su construcción podría representar una forma de cohesionar a los habitantes del poblado. También podría ser una manera de mostrar el poder de la comunidad ante otros poblados, puesto que los talayots son muy visibles en el territorio. También podrían indicar la jerarquización de la sociedad talayótica y ser el símbolo del poder de una élite sobre la población.
Se trata de una estructura troncocónica construida a partir de capas concéntricas de grandes piedras, colocadas en seco. Los espacios entre las diferentes capas se rellenaron con piedras más pequeñas, sin ninguna clase de mortero.
Su estructura interna nos es desconocida, puesto que no se ha realizado ninguna excavación arqueológica, pero es posible que, originalmente, existiera una cámara central, actualmente colapsada.
La diversidad de formas que presentan los talayots en Menorca no permite establecer una tipología y una función única. Por otro lado, la mayoría están todavía sin excavar, lo que dificulta todavía más su interpretación.
El recinto de taula: Un espacio sagrado
(talayótico final, 500- siglo Ι a.C.)
Los recintos de taula son edificios de carácter sagrado, exclusivos de Menorca. De los 33 que conocemos solo 7 conservan en pie la taula o pilar central. En cada poblado solo hay, generalmente, un recinto de taula.
Tienen forma de herradura, con una fachada cóncava normalmente orientada al sur. Actualmente la entrada al recinto de taula de Talatí no es la original, ya que entramos por la parte posterior del edificio, actualmente derrumbada. Los recintos de taula están construidos con grandes piedras y losas colocadas en seco, con pilastras adosadas al muro perimetral y un pilar central con un capitel rectangular que forma la T.
Las celebraciones religiosas tenían lugar durante los meses de verano. Seguramente estaban, relacionadas con los ciclos de la agricultura, y se dedicaban a una divinidad que desconocemos. En el interior de este tipo de edificios, entre la entrada y la T, se han encontrado restos de cenizas y huesos de animales que indican que se realizaban celebraciones en las que el fuego y el consumo de carne estaban presentes.
Un segundo elemento propio de los rituales es el vino. La mayoría de las ánforas llegaban, a través del comercio, desde Ibiza, donde en aquella época había una colonia cartaginesa. El vino era, por lo tanto, un elemento de importación, que la población talayótica debió introducir en sus rituales. Algunos investigadores consideran que algunos elementos de estos recintos son consecuencia de la influencia de la cultura púnica.
Posible proceso de construcción de una taula


Las casas del talayótico final
Grandes viviendas para familias extensas (500 a.C. – siglo Ι a.C.)
Durante esta época, las casas tienen forma circular y están construidas con piedras de grandes dimensiones. En algunos casos, se encuentran adosadas las unas a las otras, y en otros casos existen unas pequeñas calles que las separan.
Cada casa debía de estar habitada por un grupo familiar grande, en el cual convivían desde los abuelos hasta los nietos. En el interior hay un patio descubierto en el cual se llevaban a cabo los trabajos domésticos, con un hogar donde se cocinaba, y una o dos cavidades para el agua.
Durante la excavación arqueológica se encontraron molinos de vaivén, con los cuales se molían cereales como la cebada y el trigo. En los molinos se han documentado también restos de pescado seco. Las cerámicas que se encontraron son sobre todo ollas, queseras y recipientes para almacenaje, así como ánforas que habían contenido vino. Se encontraron también pesas de telares, con los cuales se tejía la lana de las ovejas, y punzones de hueso y bronce para trabajar las pieles de los animales.
Alrededor de este patio se distribuyen radialmente las diferentes habitaciones, con puertas de madera, donde los habitantes de la casa dormían, se reunían y almacenaban los alimentos. A cada lado de la entrada había unos pequeños cubículos que servían seguramente para encerrar al ganado más pequeño, como los cerdos. Normalmente en la entrada de las casas hay un segundo patio más grande. Cerca de la casa suele haber una o dos cisternas para el agua y una sala hipóstila, que servía de almacén.


Recintos cubiertos: Una construcción única
Este tipo concreto de estructura cubierta solo se conoce en este poblado. Se trata de una construcción laberíntica excavada en la roca y cubierta con grandes losas que reposan sobre columnas de piedra, con un gran capitel.
Esta zona fue excavada por un equipo de arqueólogos vinculados a la asociación de Amics del Museu de Menorca entre 1997 y 2001, e interpretaron la zona como lugar de almacenamiento y talleres de producción.
Entre los edificios hay callejones, algunos de ellos pavimentados y cubiertos. También hay espacios públicos, como patios descubiertos, donde los grupos se reunían y realizaban diferentes actividades (fabricación de aperos, tratamiento de pieles, tejido, molienda de cereales…
Los hallazgos realizados durante las excavaciones nos dan información sobre la alimentación de sus habitantes. El estudio de los huesos encontrados ha permitido saber que los habitantes del poblado disponían de:
- cabras: de las que aprovechaban la carne y la leche.
- ovejas: de las que posiblemente también empleaban la lana para fabricar tejidos.
- cerdos: se aprovechaba incluso la grasa. para hacer manteca, muy importante en esta época ya que en Menorca no se producía aceite de oliva. También se untaban el cuerpo con esta manteca, así como con aceite de lentisco, para protegerse la piel.
- bueyes: seguramente se aprovechaba su fuerza para el transporte y para labrar.
- Vacas: se aprovechaba la carne, así como la leche para hacer queso.
También se han encontrado restos de conejo y de comadrejas. Se han encontrado marcas de herramientas de carnicero en algunos huesos de perro, hecho que indica que su carne se utilizó como alimento. Este hecho se ha interpretado como algo excepcional, en época de escasez de recursos.


Cuevas: Las entradas hacia el mundo de los muertos
Las cuevas fueron utilizadas durante toda la prehistoria menorquina como lugares de enterramiento colectivo, en los que se iban depositando los miembros de la comunidad, a medida que morían.
Los rituales funerarios fueron cambiando con el tiempo y se fueron sofisticando. Los cuerpos eran depositados en el suelo, acompañados con algunos objetos (lo que se conoce como «ajuar funerario»).
Durante, el talayótico inicial se practicaban una serie de rituales y para acompañar al difunto durante su viaje a la otra vida se quemaban hierbas aromáticas, se teñía el pelo del fallecido se le cortaba un mechón y se metía en un recipiente cilíndrico de hueso o cuero. También se depositaban pequeños vasos de «cerámica con alimentos o líquidos.
Toda esta información la tenemos a través de las excavaciones realizadas en cuevas más inaccesibles y bien conservadas. Las cuevas que hay en este poblado fueron reutilizadas hasta hace pocos años para guardar el ganado y no se han conservado restos del enterramientos de época talayótica.


Como llegar
Dirección: Desviación a la izquierda en el km 4 de la carretera Mahón – Ciutadella.
Abri mapa con indicaciones GPS
Horario
Verano: Abierto cada día de 10h a 14h y de 15:30h a 20h.
Invierno: Desde noviembre hasta Semana Santa entrada libre.
PRECIO: 4€.
Descuentos a grupos.
Pensionistas y estudiantes 1,5€.
Menores de 12 años entrada gratis.
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